jueves, 18 de febrero de 2010

Javier Garcerá, un valenciano entre Madrid y Teruel.


En Teruel
Javier Garcerá (Puerto Sagunto, Valencia, 1967) es profesor de Bellas Artes en el Campus de Teruel desde hace dos años. Según recogía F.J.M. en el Diario de Teruel, del 8 de febrero de 2010, p. 17: “Venir a la capital turolense fue una apuesta que puede sorprender en una persona que parece estar siempre con las maletas hechas y de un sitio para otro, pero en Teruel ha encontrado lo que no tiene en Madrid, 'la presencia constante de la naturaleza'. Un valor que a su juicio puede convertir la Facultad de Bellas Artes de Teruel en un centro formativo diferente y con una especificidad imposible en otros lugares donde existen estos estudios. 'Si hacemos un clon de los que se hace en las grandes ciudades, seremos la cola del león.”(...)
“Venir a Teruel ha sido una apuesta personal y por eso cuenta con un estudio aquí y otro en Madrid, ciudades en las que vive a caballo desde hace dos años,” (...)
“En Teruel ha encontrado un 'contexto tranquilo' en el que poder desarrollar  la formación o creación artística. La ventaja de alternar Madrid con Teruel es que puede compaginar la vida en una gran urbe con la que se desarrolla en una ciudad de provincias más tranquila y cercana al campo. (…) Detrás de la apuesta por Teruel se esconde también algo afectivo al haber nacido en el Puerto Sagunto y haber viajado durante muchos años a la provincia.”

Trayectoria
Felisa Martínez Andrés en el catálogo de la exposición Realismo valenciano (1963-2009): la memoria fotográfica, que puede verse en la actualidad en sala del Patio de la Infanta de Ibercaja en Zaragoza (el cuadro de Garcerá, al fondo a la derecha), lo sitúa en el apartado: “El nuevo boceto pictórico: la fusión entre pintura-imagen-microprocesador” e indica que “toma la realidad sólo como punto de partida. Sus primeros paisajes son en verdad una metáfora a la naturaleza degradada, en donde no  se reconoce ni una pizca de vida. Una imagen, en definitiva, inquietante y valiente de la naturaleza.” y cita las siguientes palabras del artista: “Me inquieta este término, 'Memoria inventada', porque en sí a simple vista es paradójico. En realidad surge la idea de memoria relacionada también con la fotografía, puesto que la memoria es una serie de imágenes o datos que quedan marcados en un espacio que es nuestro cerebro; es una huella como es la fotografía, una impresión lumínica en una superficie que es fotosensible. Es una reflexión sobre la manipulación que hago de la fotografía y que parte de un real  que viene totalmente manipulado y cambiado. Lo que me importa es el resultado, lo consiga con la fotografía o con la pintura.”

Continua la comisaria “Escoge para su penúltima serie, Te hablo de lo cotidiano, interiores de naves industriales convertidas en este caso en un gran lugar de trabajo, de cuyo interior  surge una misteriosa luz, y con ella una misteriosa realidad …. Garcerá cataliza la belleza hacia el propio interior de la construcción industrial. Dos colores básicos, para esos fragmentos de realidad, es el camino más cómodo hacia la simplificación, hacia ese intento por centrar la atención hacia lo que considera esencial. Pero en su último trabajo, vertebra una trama escenográfica de enorme atractivo referencial; nos brinda telas con una potencialidad cromática inusual que llega a trascender el propio estilo al que nos tiene habituados.” pp. 42-43

Su recientísima exposición Take off your shoes, en la madrileña galería Álvaro Alcázar, según Nicola Marini “es un ciclo de pinturas, impactantes y seductoras, que podríamos definir "tecno-divisionistas".
Se trata de una decena de cuadros, de gran formato sobre lienzo y tabla, en los que el artista – a través de un uso fragmentado, casi mecánico, del color acrílico y una presencia a menudo importante del negro – nos invita a entrar en una dimensión “segunda” con respecto a la realidad en la que vivimos, o en la que tal vez sólo creemos vivir.
Las obras se presentan como enormes pantallas que parecen transmitir frames congelados procedentes de un universo de espacios y momentos “otros” e indescifrables. Los que vemos son lugares (interiores de habitaciones, paisajes, etc.) algo familiares, pero que desorientan a la vez que sugieren. Frente a esta meta-realidad apenas reconocible las coordenadas convencionales de nuestra percepción se hallan limitadas, generando dudas acerca de lo que estamos observando.” (…) “En este sentido, la de Garcerá suena como una invitación a que suspendamos nuestro juicio acerca del mundo, dejando por detrás nuestros simbólicos zapatos (como si estuviésemos a punto de entrar en un lugar sagrado) y, junto con ellos, nuestro equipaje de esquemas mentales y prejuicios de hombres contemporáneos. Es decir, nuestras concretas referencias geográficas y cronológicas, sociales e históricas – en fin, nuestro ruido anecdótico – para que nos acerquemos en silencio a la esencia de las cosas. Esa esencia que sólo se puede sentir y contemplar, pero nunca describir por completo. Ni mucho menos juzgar.” en  http://nicolamariani.wordpress.com/2009/11/27/la-pintura-de-javier-garcera-una-invitacion-a-dudar/

Mientras que Abel H. Pozuelo publicaba en el cultural.es del 13/11/2009: “El valenciano parte de una metafísica, aunque menos que de una poética, sobre la percepción y su posibilidad de ser en potencia. Lo hace desde el silencio. Pero -y eso es lo interesante- llega a ello mediante un ruido que proviene del mundo postindustrial, computerizado, sentimentalmente aséptico y sináptico. ámbitos sin función, paisajes interiores confusos, miseria en el lujo y ruinas futuristas. Bits, clústers, archivos corruptos. De esa escoria visual de la existencia contemporánea se nutre su objetivación pictórica. Garcerá renuncia de modo cada vez más determinado al motivo concreto -en su caso siempre Lugar- para fijarse en su articulación virtual. Asimismo, post-fotográfica, su pintura es un trenzado de cables por los que circula información desparramada en una profusión de elementos, capas y métodos que, como flores carnívoras, a medida que desconciertan capturan a quién se para y mira.”
Tomamos para concluir, las palabras del  propio artista que cierran  el texto de presentación de la exposición: “Y entre tanto nos queda el vacío, el vacío como pregunta silenciosa, el vacío al que seguir entregándonos para olvidarnos de nosotros mismos. Porque sólo cuando nos olvidamos de nosotros mismos, sólo a partir de ese momento comienza nuestra propia experiencia. Porque sólo renunciando al posible sentido y aceptando que es imposible comprender lo que entre el sujeto y la obra acontece, podemos sumergirnos para emerger en nuestro propio perder.”
Es uno de los artistas de la Galería Álvaro Alcázar de Madrid en la actual edición de Arco2010
Esta primavera desarrollará una estancia en Cánada con una beca para visitar una serie de centros de arte autogestionados por los propios artistas.

8 comentarios:

  1. Hermosos ojos los de Javier Garcerá

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  2. Sera buen artista, pero como profesor... 0

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  3. Tan buen artista como profesor, una suerte poder aprender de él.

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  4. Uno de los mejores profesores que tenemos actualmente en la universidad de Bellas Artes de Teruel, que nos ayuda cada día a comprender algo tan difícil como es la pintura.

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  5. A veces la verdad no es fácilmente aceptable.
    Cuando te dan la opción y el ánimo a la verdad, a tu propia verdad, puedes darle la espalda o quererla; el reconocerla, esto es cosa de cada uno.

    Una experiencia VITAL tener a Javier Garcerá como profesor.

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  6. A veces la verdad no es fácilmente aceptable.
    Cuando te dan la opción y el ánimo a la verdad, a tu propia verdad, puedes darle la espalda o quererla; el reconocerla, esto es cosa de cada uno.

    Una experiencia VITAL tener a Javier Garcerá como profesor.

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  7. Una experiencia religiosa, que ya lo cantaba un grande de la canción, Enriquito Iglesias.

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  8. Yo le tengo como profesor en la facultad de Bellas Artes de Malaga, y es, a parte de muy buen profesor, un encanto de persona.

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