
‘El Cachorro’ aparece allí en 1951, cuando esa casa todavía no es sinónimo de cuasi-monopolio del mercado de la historieta. Sobre todo en el terreno del cuadernillo apaisado, donde se vierten las aventuras. Ahí quien triunfa es Editorial Valenciana, de la mano del dibujante Manuel Gago y ‘El guerrero del Antifaz’. Y para competir con él se lanza la obra de Iranzo. Dado que es autor tanto de los guiones como de los dibujos –y le gusta cuidar ambos- pacta una periodicidad quincenal, negándose al agotador ritmo semanal.
Las series de piratas de toda laya y condición habían quedado tan marcadas por la gran codificación de Stevenson en ‘La isla del tesoro’ que pocas escapan a su influjo. Pero los corsarios, filibusteros y berberiscos de Iranzo van bastante más por libre. Como el resto de sus cuadernos de aventuras para ediciones Toray: ‘El Capitán Coraje’, ‘Rayo Kit’, la serie del Oeste ‘Dick Relámpago’ o la inefable ciencia-ficción de ‘Kosman’. Y, por supuesto, está su estilo gráfico. La inconfundible e insólita apuesta contra el realismo prácticamente obligatorio en estos géneros. Él se lo salta a la torera con un inagotable despliegue de imaginación, talento y energía. No es extraño que en los años 1980 fuese de los pocos que se recicla y comparte singladura con la revista ‘Makoki’. Era un precursor.”, Agustín Sánchez Vidal, “Cachorros”, Heraldo Domingo, 8 de mayo de 2011, p. 9.
Dejamos, para un futuro no muy lejano, la entrada con la visión sobre Iranzo de Terenci Moix.
No hay comentarios:
Publicar un comentario