miércoles, 21 de noviembre de 2012

Último miércoles con Alicia

Hoy se ha desmontado la exposición Alicia en Luvitien.
Desde casi el mismo día que se inauguró el Espacio Luvitien tuvimos la ilusión de hacer una exposición conjunta, tras varios proyectos, al final el propio espacio nos sugirió que podíamos convertirlo en nuestro personal mundo paralelo, un reflejo del mundo de Alicia de Lewis Carroll, desde una perspectiva del siglo XXI. Poco a poco las obras fueron encontrando acomodo, cada una de ellas en un lugar concreto, desde la puerta a los baños, para configurar una aliciana ‘no exposición’, donde las obras y el entorno que las contiene se confunden, donde uno nunca sabe donde empieza el arte y donde comienza la vida y mientras en el techo florece un ajedrezado jardín descompuesto, muy propio de un mundo al revés.
     

La escultora Carmen Escriche, en la entrada encontró el espacio para una escultura en hierro, a modo vidriera que juega con las sombras chinescas, entre el interior y el exterior, en la que a través de su personal visión conviven los animales de la obra de Carroll, desde el gato hasta el flamenco, del erizo a la oruga, y la posibilidad de abrir una puerta que nos lleva a …


En su cuadro, Luis Loras propone una ciberalicia del siglo XXI, “que no atraviesa el espejo sino las nuevas pantallas audiovisuales” y cibernéticas; jugando con las escalas  sitúa a una Alicia mutante en un espacio semoviente, que no se sabe si crece o disminuye.


Ernesto Utrillas se apropia de algunas de las fotografías de Lewis Carroll, situándolas sobre unos espejos, con ello pretende reflexionar acerca de como, en el caso del autor de Alicia, la visión sensacionalista (fotografía de niñas) se ha impuesto sobre una realidad mucho más compleja (mujeres leyendo, jugando al ajedrez o mirando un microscopio).


“Ángeles Pérez exhibe dos fotografías y una instalación con naipes alusivas a varios pasajes de la novela. En una de ellas, una supuesta Alicia adulta observa cómo el personaje del cuento se deja caer por la madriguera, mientras que en la obra titulada El jardín, la niña pregunta a una flor y florecen rostros en todas las flores.”














     
A Remedios Clerigués leer Alicia le ha permitido dejar atrás una cierta manía inicial hacia el personaje, y en su obra transforma los aseos de hombres y mujeres en auténticos tronos como “un divertimento, un guiño de humor para que la gente se corone en el baño”, y logra crear un espacio irreal y mágico inundado de luz negra, en el que se queda inmerso tras cruzar las cortinas doradas.


Los entrecomillados proceden del artículo que F.J.M. le dedicó a la exposición en el Diario de Teruel, el día 9 de septiembre (p. 25), en el que se recogían las opiniones de los artistas. 

Fotografías de Ángeles Pérez y Luis Loras.

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