Un “elogio sincero” a Félix Romeo

No conocí personalmente a Félix Romeo, sólo indirectamente a través de mi amiga MJG que lo conoció en Madrid en sus tiempos de director de La Mandrágora y de búsquedas en la cuesta de Moyano. Ella fue quien me regalo en su día Discothèque, el único libro que he leído (no hace mucho) de él.
Las columnas de Félix en el Heraldo del domingo han sido para mi una invitación a descubrir cosas nuevas, a ver de otro modo lo conocido, por medio de la enumeración, apuntando indicios e invitando a que fueran descubiertos.
Traerlo aquí podría estar justificado por los escritos para catálogos de arte, o por el ejemplar juego de relatos y cuadros que disfrute en el CDAN de Huesca, pero sobretodo quiero traerlo aquí porque en el verano de 2008, cuando estaba en uno de mis frecuentes atascos creativos y era incapaz de ordenar mis ideas para escribir un texto para la exposición Interior bosque de la fotógrafa M. Ángeles Pérez Hernández, tuve la suerte de ver la exposición de la también fotógrafa Cecilia de Val, Nunca te prometí un jardín de rosas, y leer lo que Félix escribió para el catálogo “Instrucciones para mirar las fotografías de Cecilia de Val”, al leerlo inmediatamente pensé que algo así me gustaría hacer a mi para Interior bosque. Poco después fue cuando comprendí que no se podía poner todo lo que estaba barajando sobre la exposición en un sólo texto y al final decidí escribír tres. Uno de ellos, el que se público en la invitación de la exposición fue el siguiente:

“Instrucciones (prescindibles) ante el miedo a perderte-encontrarte en “Interior Bosque”.

1º nivel: CRUZAR
Eres Alicia ante el espejo de la realidad.
Eres Caperucita aventurándose a lo desconocido.
Vas a cruzar la espesura del bosque.
Un bosque que nadie antes ha pisado.
¿Eres consciente?
Aún puedes darte la vuelta.
Ya has cruzado.
Ya eres Hansel.
Ya eres Gretel.

2º nivel: SUBIR
No estás perdido, tras la oscuridad está la luz.
Son tragaluces que tamizan la luz.
¿de donde viene?
Crees vislumbrar la realidad.
Sólo la intuyes
¿Dónde está?
Está ahí tras
¿La ves?
Está esperándote.


3º nivel: ALCANZAR
¿Qué ves?
Es el bosque.
Es un espejo.
Incluso si cierras los ojos puedes oírlo,
O ¿es tu interior lo que oyes?
Abre los ojos.
Sólo es un reflejo.
Míralo bien.
Sólo es tu reflejo
No tengas miedo a perderte en el bosque.
El bosque eres tu.”

Cuando el texto ya estaba en imprenta, volví a leer el catálogo de Félix Romeo para Cecilia de Val, y me quedé asombrado cuando observe las enormes concomitancias que tenía lo que yo había escrito con lo que había escrito Félix, desde el propio título a la aparición de Alicia, Caperucita o Hansel y Gretel. Tras el asombro vino el miedo, yo veía evidente la deuda, era un escritor falsario, el plagio era un delito de lesa creatividad.
En mi rescate vino la protagonista de la ñoña teleserie Ana de las tejas verdes, quien, a una niña más joven que quería vestir como ella, le dijo que no se avergonzara de ello pues consideraba que “la imitación era el elogio más sincero”; después he leído que se la atribuían, como suele ocurrir con todas frases ingeniosas, a Óscar Wilde, pero para mi siempre estará en boca de Ana de la tejas verdes.

El texto me proporcionó después otras alegrías, como que la profesora de dibujo Carmen Bravo lo eligiera para que lo ilustraran sus alumnos. Estos son algunos de los dibujos:

Detrás de todos ellos siempre estará presente el espíritu inspirador de Félix Romeo.


Las fotografías de la exposición Interior Bosque son de M. Ángeles Pérez Hernández.